Descubre cuáles son los motivos que hacen que tengamos tanta hambre
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Has comido lo suficientemente bien, te sientes satisfecho y, sin embargo, al cabo de apenas un par de horas estás preparado para otro banquete de comidas. No importa si dulces o salados, cualquiera. Pues bien, ¿te has preguntado alguna vez por los motivos que hacen que tengamos tanta hambre? Dado que son varias las posibles razones de tal comportamiento, es mejor analizarlas a fondo.
De hecho, esta conducta que estamos describiendo se aplica a miles de personas, esas que sienten que se han alimentado bien durante las comidas básicas del día, pero que luego, asaltadas por un apetito descontrolado, acaban arruinando una dieta saludable. Y lo hacen porque su cuerpo les dice que hay una “ausencia” de alimento, que deben suplir consumiendo todo tipo de productos alimentarios.
¿Por qué siempre tengo hambre?
Duermes mal
Una de las circunstancias más estrechamente asociadas con esa hambre persistente es el descanso. Mejor dicho, el mal descanso. Cuando los seres humanos dormimos poco, o mal, es mucho más probable que el resto del día estemos desequilibrados, y queramos comer más de lo necesario.
Hidratos simples
En estos tiempos, uno de los mayores errores en el régimen alimentario de la mayoría pasa por la abundancia, hasta la exageración, de hidratos simples, elementos indispensables en la dieta, pero siempre en pequeñas porciones, y que se caracterizan porque dan una sensación de saciedad inmediata, pero que se disipa rápidamente al cabo de unas horas, aumentando la voracidad.
Saltarse las comidas
A veces esa percepción de hambre no está equivocada, sino que responde a que llevamos varias horas sin ingerir alimentos, una pésima idea que desemboca, por lo general, en esa alimentación descontrolada cuando por fin tenemos acceso a comida. Los frutos secos son un buen remedio.
Alimentarse con prisa
Si vas a comer, incluso cuando no te sobre tiempo, tienes que organizarte para hacerlo bien lento. Alimentarte con prisa sólo hará que las señales de saciedad demoren en llegar al cerebro, y tu pensamiento será que aún no estás lleno. Cuanto más lento comes, menos cantidad comes.
No hidratarse o hidratarse poco
Tienes que beber dos litros de agua al día, y no se trata únicamente de los beneficios que el agua brinda a tu cuerpo, sino además de las ventajas que eso plantea pensando en una dieta correcta. Beber agua contribuye con la percepción de saciedad, así que bebe tus ocho vasos diarios.
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